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Burocratización y desincentivo para árboles en casa

Andrés Andrés  •  02/05/2024  •    Sin comentarios
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Código de la Iniciativa Popular: MLG-2024-05-46

El borrador es demasiado burocrático y penalizador, desincentivando la plantación de arbolado por particulares restando la lucha contra el cambio climático

Considero que el borrador de ordenanza adolece de excesiva carga burocrática por parte de la administración municipal, lo que va en detrimento del control del gasto público para dotar con medios humanos y materiales el departamento responsable de la tramitación de los expedientes e inspección, además de suponer una restricción mas para los particulares además de un gasto de tiempo y dinero para los mismos.

Llama igualmente la atención el excesivo peso del régimen sancionador frente a la falta de un título dedicado a los incentivos a favor de los particulares para el desarrollo y expansión de áreas verdes y arbalado. El reglamento no contempla medidas de promoción, incentivos, premios, rebajas fiscales orientada hacia los propietarios de zonas verdes.

No es comprensible que el propietario de zonas verdes, jardines privados u zona forestal se convierta en un presunto agresor del medio ambiente por el simple hecho tener un o varios árboles, al que hay que vigilar y amenazar con una brutal carga burocrática y peor régimen sancionador, cuando en realidad contribuye con su jardín a la ciudad, frente a los que nada aportan, mitigando de forma significativa los efectos del cambio climático, reduciendo los efectos de gases de efecto invernadero, calentamiento urbano, ruido y paisajismo. De la lectura del reglamento se corre el riesgo de trasmitir un peligroso mensaje a los propietarios de terrenos, particulares, promotores, etc, en el sentido de evitar la plantación de árboles o construcción de jardines y zonas verdes, ya que con el tiempo supone una restricción de sus derechos y merma del valor su patrimonio, al prohibirles o limitar la tala de sus árboles, pagar multas y contratar servicios técnicos. Claro que el que no tiene finca forestal ni jardín, ni arboles, nada tiene que preocuparse. El ejemplo del exceso de hormigón y asfalto en el actual modelo urbanístico de la ciudad parece confirmar la tendencia de reducir la zonas privadas verdes con árboles en favor de grandes zonas áridas y lisas donde no cabe hierva alguna, al objeto de evitar costes de mantenimiento y sobre todo perdida de valor de la parcela en caso de tener en el futuro un gran árbol que no se puede arrancar o que deben de pagar para quitarlo. La sustitución de especies vegetales por plantas plásticas ornamentales y césped artificial, si bien reduce el consumo de agua, su fabricación y rechazo final contamina enormemente, cuando no mitiga tampoco los efectos adversos del cambio climático, ni reduce el CO2, ni refresca el ambiente. Cabía preguntarse por lo tanto si tal vez se debería de penalizar a aquellos propietarios de fincas que no tienen área verde en su interior, ya que nada aportan para reducir el presunto cambio climático.

 

 

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